ÉRASE UNA VEZ
UNA OGRITA ELEGANTE
QUE POR SENDEROS DEL BOSQUE
PASEABA MUY CAMPANTE.
LA BOQUITA PINTADA
Y EL LARGO CABELLO
ATADO CON CHUFLOS
TODOS MUY BELLOS.
MIRABA ATENTA
PUES DESEABA ENCONTRAR
A SU BUEN AMIGO OGRO
PARA PODER JUGAR.
CAMINÓ MUCHO TIEMPO
BAJO UN ÁRBOL SE SENTÓ
Y EN UN SANTIAMÉN
EL SUEÑITO APARECIÓ.
UN OGRO MALO QUE PASABA
A LA DORMILONA DESCUBRIÓ
Y CON UNA TIJERA…
¡LOS CHUFLOS LE CORTÓ!
A SUS AMIGOS OGROS
EL TROFEO FUE A MOSTRAR
Y CON LOS CHUFLOS DE OGRITA
SE PUSIERON A JUGAR.
¡CÓMO SE DIVIRTIERON!
¡SI PUDIERAN VERLOS!
EN MIL Y UNAS COSAS
A LOS CHUFLOS CONVIRTIERON.
TANTO FUE EL BULLICIO
QUE OGRITA DESPERTÓ
Y MIRÁNDOSE AL ESPEJO
GRITÓ CON DESESPERACIÓN
LOS OGRITOS ARREPENTIDOS
LE PIDIERON PERDÓN:
OGRITA SALIÓ DEL CUENTO
Y SUS CHUFLOS ME REGALÓ.
ASÍ ES QUE LOS CHUFLOS
LLEGARON AL JARDÍN
ESPERANDO QUE CON ELLOS
NOS PODAMOS DIVERTIR.
Fuente Maestra Jardinera 166