Monday, September 26, 2011

DERECHOS DE LOS NIÑOS A ESCUCHAR CUENTOS



♥1. Todo niño sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.

♥2. Todo niño tiene derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a cualquier hora del día.

♥3. Todo niño que por una razón u otra no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.

♥4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos.

♥5. Todo niño está en el derecho de saber quiénes son los hermanos Grimm y Andersen, entre otros. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos, y poesías de estos autores.

♥6. Todo niño goza a plenitud del derecho de conocer las fábulas, los mitos y leyendas de tradición oral de su país.

♥7. El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes, creando su propia diversión.

♥8. El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que estos sean realmente hermosos.

♥9. El niño siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.

♥10. Todo niño, por último, tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras del tío tigre y tío conejo, de aquel caballo que era bonito, y del inmortal "había una vez"... palabra mágica que abre las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez...

Saturday, September 3, 2011

11 DE SEPTIEMBRE:"DÍA DEL MAESTRO"


DOMINGUITO UN NIÑO DE SAN JUAN

El 15 de febrero de 1811 en la provincia de San Juan nació el sexto hijo de la familia Sarmiento. Se llamó Faustino Valentín, pero le decían Domingo o Dominguito. Vivían en una casita humilde, sin terminar. El papá don Clemente Sarmiento, era soldado de la Patria. Lo que ganaba no le alcanzaba para mantener a los suyos. Por eso la mamá, doña Paula Albarracín, tejía mucho en su telar. Hacía ponchos, telas y mantas, para luego venderlos y juntar lo que necesitaba para vivir y terminar la casita.


A Dominguito, como a todos los niños, le gustaba jugar, claro, pero lo que más deseaba era aprender a leer. Lo logró a los cuatro años. Se pasaba horas y horas leyendo, en el patio de su casa, bajo una gran higuera; mientras su mamá tejía en el telar.

QUISO SABER, APRENDER…¡Y ENSEÑAR!


A los cinco añitos, Domingo ya leía muy bien, ¡sin equivocarse ni una letra! Desde entonces, los libros fuero sus amigos inseparables.
Fue a la “Escuela de la Patria”, donde durante nueve años, se destacó como un alumno ejemplar… ¡y también, por no haber faltado ni un solo día a clase!
Quería aprender…para saber y, así, después poder enseñar todo lo que había aprendido.
No tuvo que esperar mucho tiempo: a la edad de quince años, viajó con su tío a la provincia de San Luis. Allí, en el pueblito de San Francisco del Monte, fundó una escuelita, donde enseñó a los campesinos y a sus hijos a leer y escribir.
Había cumplido su sueño: ¡SER MAESTRO!

¡HIZO MUCHÍSIMAS COSAS!


Domingo Faustino Sarmiento trabajó y estudió mucho, muchísimo.
Como su familia era muy pobre, apenas terminó la escuela elemental, necesitó trabajar. No pudo seguir estudiando en los colegios de Buenos Aires ni en los de Europa.
Sin embargo, ¡no se conformó!
Se esforzó sin descanso, por aprender y aprender.
Trabajó como empleado en una almacén y, en sus ratos libres, leía y estudiaba.
¡quería progresar, superarse!
Un día, por estar en desacuerdo, con los gobernantes de ese momento, debió irse por un tiempo a Chile. Allí fue maestro, y minero en una mina de plata. Pero, por las noches, ¡seguía estudiando! Aprendió inglés y francés, para poder leer libros importantes en esos idiomas.
De regreso a su Patria, además de maestro, fue periodista, soldado, director de una escuela… Escribió libros muy interesantes. Llegó a ser gobernador de San Juan. Fundó muchas escuelas y bibliotecas.
Fue embajador en los Estados Unidos.
Y un día… ¡Presidente de la Nación!

POR SOBRE TODAS LAS COSAS…¡MAESTRO!


Como hemos visto, muchos valientes como Manuel Belgrano y José de San Martín, lucharon por la libertad de la Patria. Domingo Faustino Sarmiento también luchó…, pero por la educación y el progreso ¡ contra la ignorancia!
Y como un sembrador que pone semillitas en la tierra para que nazcan plantitas…,él “SEMBRÓ” escuelas en todas partes: en las ciudades, en los campos, en las montañas, en los pueblitos…
Y para formar a quienes quisieran convertirse en maestros, fundó la Escuela Normal. Creó escuelas primarias, secundarias y otras especializadas en minería, agricultura y ciencias.
¡se preocupó por la educación de niños y adultos! Por eso, lo recordamos con muchísimo cariño. Y también, brindamos nuestro agradecimiento a todos nuestros queridísimos maestros…¡que tanto hacen por nosotros!
Murió un 11 de setiembre de 1888, en Paraguay. Su obra fue tan importante que se lo nombró “Maestro de América”. Un día para homenajear a todos los maestros que tantas cosas buenas hacen por los niños.

La Seño nos cuenta:


APRENDIENDO A VOLAR

HABÍA UNA VEZ, EN UN BOSQUE, UN PAJARITO RECIÉN NACIDO. MARAVILLADO SE PUSO A OBSERVAR EL MUNDO DESDE SU NIDO Y DESCUBRIÓ COLORES, FORMAS, TAMAÑOS, PERFUMES…DE PRONTO SE DIO CUENTA DE QUE SU PEQUEÑO MUNDO SE AGRANDABA, EXTENDIÉNDOSE HACIA TODOS LADOS, AFUERA DEL NIDO. ENSEGUIDA TUVO GANAS DE CONOCER MÁS Y MÁS. Y PENSÓ EN PODER SUBIR AL CIELO PARA VER TODO EL MUNDO.
UN HERMOSO DÍA, SE PUSO A COORDINAR-CON MUCHO ESFUERZO-EL MOVIMIENTO DE SUS DOS PEQUEÑAS ALAS. ES QUE INICIAR ALGO SIEMPRE CUESTA. PERO EL PAJARITO ERA MUY TENAZ Y TENÍA MUCHO VALOR. DESPUÉS DE VARIOS INTENTOS, LOGRÓ SALIR DEL NIDO, PERO CAYÓ AL SUELO. ALLÍ EMPEZÓ A MOVER SUS ALITAS Y CONSIGUIÓ ELEVARSE UN POQUITO. CON MUCHO TRABAJO DIO UN SALTITO QUE LO INCENTIVÓ A CONTINUAR. PERO SE SINTIÓ FATIGADO Y DÉBIL.
ENTONCES, RECOBRÓ SUS ENERGÍAS CON UNA RICA MERIENDA DE CEREALES Y FRUTAS, Y SE LANZÓ AL ESPACIO. ESTA VEZ SÍ LOGRÓ DESPEGAR. Y FUE GANANDO ALTURA…
NUESTRO AMIGUITO SE SENTÍA PODEROSO COMO UN ÁGUILA:¡SABÍA VOLAR! DE REPENTE, SINTIÓ UNOS TERRIBLES CALAMBRES EN SUS ALITAS Y, DEL MIEDO,¡CAYÓ EN PICADA!...
YA PENSABA DESPEDIRSE DE ESTE MUNDO CUANDO, ANTES DE LLEGAR AL PISO, EL PAJARITO SE PUDO SUJETAR DE UNA RAMA MUY BAJA DE UN ÁRBOL AÑOSO.
LENTAMENTE RECOBRÓ EL ALIENTO. SE RECUPERÓ DEL MAL MOMENTO Y LO VOLVIÓ A INTENTAR, PERO POCO A POCO…, Y SIN PERDER DE VISTA AL ÁRBOL DE RAMAS BAJAS…
ÉSE FUE SU PUNTO DE APOYO PARA APRENDER A VOLAR.
Y, GRACIAS AL ÁRBOL, ¡LO LOGRÓ!


Todos, en algún momento de nuestra vida, necesitamos de un apoyo que nos brinde seguridad y confianza en nuestras propias fuerzas. Precisamente, nuestros maestros pueden “ser árboles de ramas muy bajas”, que nos ayuden a crecer.


¿POR QUÉ SERÁ QUE QUEREMOS TANTO A NUESTROS MAESTROS?

PORQUE…
…nos enseñan con amor y diariamente nos abren las puertas al conocimiento.
…nos enseñan a confiar en nuestras propias fuerzas y corrigen nuestros errores con dulzura.
…saben hacerse respetar con ternura.
…nos hacen viajar con la imaginación, a través de historias y cuentos maravillosos.
…a veces, se ponen a nuestra altura para mirarnos a los ojos.
…comprenden nuestras limitaciones y tratan e ayudarnos para que nos superemos.
…se alegran con nuestros progresos.
…respetan nuestros silencios y nuestros sentimientos.
…dejan de lado sus propios problemas para comprender los nuestros.
…nos hacen sentir que somos importantes.
¡Por eso los queremos tanto! Y hoy los aplausos son para ustedes, ¡queridísimos maestros!